sábado, 8 de julio de 2017

Hamburg Ballet - Anna Karenina


Anna Laudere y Edvin Revazov, Anna Karenina Conde Wronsky
en Anna Karenina de John Neumeier para el Ballet de Hamburgo.
Foto: Kiran West

Desde hace años que soñábamos con una visita a Hamburgo para disfrutar in situ de su maravillosa compañía de ballet que bajo la dirección de John Neumeier se ha consolidado como una compañía referente dentro del panorama actual. Además ésta fue la compañía elegida por nuestro querido bailarín Aleix Martínez tras ganar el primer premio en el Prix de Lausanne en 2008.

Carolina Masjuan

La primera semana de Julio suele ser la semana en que en el teatro de la ópera de Hamburgo, se representa un ballet distinto cada día. Balletómanos de todo el mundo se dan cita en la bella ciudad hanseática (miembro de la liga medieval hanseática, ciudades del norte de Europa que llegaron a controlar todo el comercio del mar Báltico), para aprovechar esta magnífica ocasión y deleitarse con un director, una compañía y unos bailarines, bailando un estilo de autor muy definido: narrativo, innovador y elegante, requiriendo una sólida técnica clásica, pero a la vez siendo dúctiles para alcanzar el nivel interpretativo que su creativo y prolífico director les exige.

Ivan Urban Karenin y Anna Laudere. Foto: Kiran West
Hamburgo es una ciudad muy rica, su puerto, el segundo de Europa tras Rotterdam, le ha aportado grandes riquezas a lo largo de los siglos y hay grandes fortunas establecidas en la ciudad, pero estas familias son a la vez grandes filántropos y Hamburgo es la ciudad que cuenta con más fundaciones de Europa, por ejemplo la producción de la misma Anna Karenina ha sido posible gracias al apoyo de Else Schnabel y la “Foundation for the Patronage of the Hamburg State Opera”.

Hay varios españoles en la compañía, entre ellos tres catalanes, Marc Jubete, Marià Huguet y Aleix Martínez. Aleix ha conseguido labrarse un prestigio tanto como bailarín como como coreógrafo. Actualmente es bailarín solista y desde ballet y más nos hemos hecho eco repetidas veces de sus éxitos en ambas facetas. Muy querido tanto en la escuela como en el internado donde pasó sus primeros años en Hamburgo, así lo pudimos constatar durante la visita que muy amablemente nos hizo por el Centro John Neumeier, durante su tiempo de descanso entre clases, ensayos y función.

Aleix Martínez, Lewin. Foto: Kiran West
Casi siempre tiene un papel relevante en las creaciones de John Neumeier. Tuvo claro desde su inicio en el mundo profesional, que era con este creador con quien quería trabajar y se siente muy feliz en Hamburgo. Conocido nuestro desde que muy pequeño empezó su formación en la escuela de David Campos, confesamos que le tenemos un especial cariño. Siempre amable y encantador, el éxito de esta visita y lo agradable de nuestra estancia se lo debemos a él. ¡Gracias por todo Aleix!

Las obras del Ballet de Hamburgo se crean y se preparan normalmente en el "Ballettzentrum" abierto en 1989. Este edificio fue en la época nazi un internado de chicas para ser reconvertido en un centro de ensayos y formación, con nueve estudios que son usados tanto por el Hamburg Ballet como por la escuela del Hamburg Ballet. La escuela, fundada en 1978, forma a jóvenes estudiantes de todo el mundo para convertirse en profesionales del ballet. En 2011, se fundó también el National Youth Ballet que cuenta con ocho bailarines profesionales de edades comprendidas entre los 18 y los 23 años y que tiene su sede en el mismo "Ballettzentrum" en Hamburgo.

De las posibles piezas que podíamos ver según nuestra agenda, teníamos claro que una sería Anna Karenina, que se estrenó el domingo día 2 y repetía función el martes. Siguiendo el consejo de Aleix, nuestra segunda función sería la del miércoles, cuando se representaba La Sirenita. Desde luego, muy buen consejo. Pero vayamos por partes.


Patrizia Friza, Dolly y Dario Franconi Stiwa. Foto: Kiran West

Anna Karenina

Ballet de John Neumeier, inspirado en la novela de Leon Tolstoi.

Reparto
Anna Karenina:Anna Laudere 
Alexej Wronsky:  Edvin Revazov 
Lewin:Aleix Martínez 
Kitty:Emilie Mazon
Alexej Karenin:Ivan Urban 
Serjoscha:Marià Huguet 
Ein Muschik:Karen Azatyan 
Dolly:Patricia Friza 
Stiwa:Dario Franconi 
Lydia Iwanowa:Mayo Arii 
Prinzessin Sorokina: GretJörgens 

Música: Peter I. Tchaikovsky, Alfred Schnittke, Cat Stevens

Coreografía, decorados, iluminación y vestuario: John Neumeier

Vestuario de Anna Karenina: AKRIS

The Hamburg Philharmonic State Orchestra. Director de orquesta: Simon Hewett

Anna Laudere y Edvin Revazov. Foto: Kiran West
En su novela publicada en 1877 "Anna Karenina", Leon Tolstoi narra la trágica historia de tres familias nobles en la Rusia del siglo 19. Hay tanto que contar que de entrada ya se percibe la dificultad de poner esta obra en escena y explicarla de forma inteligible mediante la danza, aunque no haya sido ésta la primera vez que se haya abordado tal empresa (Boris Eifman para el Eifman Ballet, Alexei Ratmansky para el Mariinsky o Christian Spuck para el Ballet de Zurich).

Algunos comentarios dejaban adivinar que a una parte del público le había sido difícil seguir la historia. No obstante, si uno había leído con atención el guión tan bien explicado en la página web de la compañía, entonces todo estaba meridianamente claro.

John Neumeier ha movido la historia de Leon Tolstoi de la Rusia del siglo 19 a la actualidad. En esta coproducción con el Ballet del Teatro Bolshoi de Moscú y el Ballet Nacional de Canadá, Neumeier sitúa pues la historia en el presente.

Anna Laudere y Karen Azatyan el campesino/destino.
 Foto: Kiran West
Karenin es candidato político y ofrece un discurso con el apoyo de su esposa y su hijo, el joven bailarín de Gerona Marià Huguet. Hay más de veinte cambios de escena. Distintos espacios que al ser empujados hacia atrás o hacia adelante, conforman ya sea la casa de la familia de Karenin, un salon de baile, el punto de encuentro ente Anna y Wronsky… 

La música es de Piotr I. Tchaikowsky y Alfred Schnittke, tocadas en directo por la Orquesta Filarmónica de Hamburgo, dirigida por Simon Hewett y grabaciones de algunas de las canciones más emblemáticas de Cat Stevens, reservadas a las apariciones del terrateniente Lewin (Aleix Martínez). Así Moon Shadow, nos lo muestra en el campo labrando con su tractor y soñando con Kitty (Emilie Mazon, hija de la que fuera musa de John Neumeier y promovida a solista para la próxima temporada) hermana de Dolly, cuñada de Anna.

Especialmente emotiva es la secuencia en que Lewin visita a su amor Kitty, recluida en un sanatorio al conocer la relación de su prometido Wronsky con Anna. La preciosa canción Sad Lisa del cantante inglés y la fuerza de la interpretación de Aleix y Emily hicieron de esta parte del ballet uno de los momentos álgidos de la noche.

Aleix Martínez y Emily Mazon, Kitty.
Foto: Kiran West

Más tarde, Moring has Broken nos muestra la vida feliz de Lewin y Kitty en el campo tras su boda. Bonito el momento de la siega con las azadas por parte del cuerpo de baile.

Karenin (Ivan Urban) de danza ágil y fluida, es egoista y ambicioso, su caracter está perfectamente dibujado, así como el del conde Wronsky, el apuesto Edvin Revazov. Un personaje siniestro es el del destino, el que marca la culpa y la fatalidad encarnado por Karen Azatyan.

Anna Laudere, Ivan Urban y Edvin Revazov.
Foto: Kiran West
La familia de Dolly, la cuñada de Anna y la única que le permanece fiel cuando ya sus relaciones con Wronsky han finalizado irremediablemente y, repudiada por Karenin, es abandonada por todos, es otra parte importante de la narración. La bailarina Patrizia Friza, muestra su carácter decidido mediante una danza contundente para expresar su indignación ante las constantes infidelidades de su esposo y hermano de AnnaStixa, Dario Franconi. Sólo sus cuatro hijos la hacen abandonar su decisión de dejar a su familia.

Pero evidentemente el peso de la función recae en Anna Laudere, una Anna Karenina que va mostrando su inestabilidad emocional y sus sentimientos conforme las distintas fases por las que atraviesa su vida, también marcadas por una sabia coreografía que le permite transmitir de forma eficaz, ya sea aburrimiento, soledad, pasión, desesperación, temor y finalmente afrontar la decisión final del suicidio.

Anna Laudere y Yaiza Coll Tatiana. Foto: Kiran West
El aburrimiento tras la mitin político de Karenin, el encuentro con Wronsky en el tren cuando muere un trabajador y ambos son testigos del fatal accidente, su amor in crescendo, el nacimiento de su hija, su vida en Venecia, más o menos feliz si no fuese por el remordimiento que la atenaza por haber abandonado a sus hijos y el regreso a San Petesburgo con su relación con Wronsky ya fatalmente deteriorada. 

Precioso también el momento en el teatro con una hermosa Tatiana, la heroina de Eugene Onegin, ópera que se representa cuando a Anna se le hace el vacío, e interpretada por la bailarina hispano-germana Yaiza Coll.

Al acabar la función, en un teatro en el que no queda ni un asiento vacío a pesar de la complicada situación de la ciudad debido al G20, la gran ovación con el público en pie y la salida de los artistas a saludar debiéndose abrir varias veces el telón, demostró el amor que siente la audiencia por su compañía. Courtain calls, éxito rotundo de todos los artistas, de la coreografía y de su director.

Aleix Martínez, Marià Huguet, Serjoscha, Ivan Urban y Edvin Revazov.
Foto: Kiran West

Alegría y euforia por estar ahí y vivirlo, pero a la vez nostalgia al pensar que a nosotros, teniéndolo todo para poder disfrutar de algo similar, se nos es negado. Esperemos que pronto podamos resarcirnos y que el proyecto en curso del Ballet de Catalunya devenga una realidad.


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